Es originario de los bajos Andes y fue cultivado por los aztecas, aunque existen evidencias
arqueológicas que el tomate fue usado como alimento en épocas prehispánicas.
Fue introducido en España a principios del siglo XVI, gracias a los viajes de Colón.
Son muy nutritivos y muy poco calóricos. Contienen grandes cantidades de vitamina C y
ácido fólico. Además es la fuente alimentaria más importante de un pigmento rojo, llamado
licopeno, que tiene propiedades antioxidantes y puede ser anticancerígeno y beneficioso
en problemas de próstata.